El amor ¿nos hace libres?

Es complicado debatir sobre la libertad, y se complica mucho si lo unimos a un concepto como el amor. Hay momentos hasta en los que creo que hay personas que no han sentido ni uno ni otro. 
Pero vamos por parte. El amor, se entiende que de pareja, puede llegar a coartar algunos aspectos de tu vida, algunas vivencias o incluso algunas libertades. Aunque si eso sucede, en hazme el favor de preguntarte cómo quieres que sea el amor para ti, porque ya te digo yo que un amor no puede provocar una emoción negativa. Ahora bien, frente a esta idea te podría decir que si haces lo que deseas sin tener en cuenta las necesidades, intereses o los propios deseos de tu otra parte, estaríamos pecando de ser los que limitamos la libertad del otro, y creo que ninguno de los dos papeles deben ser buenos. 
Si, lo sé, llegados aquí no hemos aclarado si el amor nos hace libres o no. Piensa en una pareja recién conocida. Los dos viven un sueño, se sienten deseosos de hacer cosas el uno por el otro, incluso de invertir uno de los bienes más escasos que tenemos: el tiempo. Una pareja de este tipo se sentirá libre por completo. El ceder o no ceder no les supondrá mucho esfuerzo y se sentirán bien al hacerlo. 
Está claro, pues, que es el paso del tiempo el que cambia ese perspectiva. Son los años, el conocer a la otra persona casi hasta un poco más que a uno mismo, el haber compartido malos momentos, y todo eso que conlleva la propia relación, lo que nos va menguando ese "nosotros" y lo quiere hacer de ve en cuando "yo".
Y sí, creo que hay está la clave de sentirse libre en el amor. Pienso que una pareja se complace más a sí misma cuando no pierde nunca el norte de la individualidad. Para ello no es tan fácil como dejar ver lo que se desea como persona, ya sea en lo laboral, en la vida social o en las aficiones; es también saber que lo que quieres hacer es lo mejor para la pareja. Sí, has oído bien: si eres feliz como persona, ser feliz dentro de la pareja o hacer feliz a tu alma gemela te será sencillo. Y no solo eso, sabrás cuando haces las cosas por ti y no solo por lo demás. 
Qué conste, hacer cosas por otras personas puede ser gratificante siempre que no atenten contra tu dignidad. 
En definitiva, la libertad está en tus manos, en tu individualidad y el amor, mientras que no sea el propio, está en manos de dos o más personas. Pero no olvides que debes sentirte libre de decidir sin que ello suponga invadir otras libertades. 
Piénsalo.

Gracias por tu tiempo.

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