En otoño también hay tema
¿Hay alguna relación entre la forma en que mantenemos relaciones sexuales y las estaciones del año? Yo creo que sí.
Empezamos por el invierno. El frío, la necesidad de sentir calor y el uso de las mantitas nos lleva a tener unas relaciones sexuales menos "fogosas". No buscamos el destape, ni mostrar, ni siquiera seducir. Más bien lo que buscamos es el calor de otro cuerpo que bajo las mantas sea capaz de acariciar imaginando cada parte que toca. Afortunado, eso sí, aquellos que cuentan con un sistema de calefacción infalible, porque siempre es mejor hacerlo sin tanta manta por encima, y con suerte, si la relación se pone muy a tono, acaban hasta sobrando un poco y hacemos lo que es una "tapada" hasta la cintura.
En primavera mejor ni hablamos. Lo de que la sangre se altera debe ser una verdad universal, porque es la época del año donde nos soltamos todos los deseos reprimidos del invierno. Sí, hemos acabados hartos de mantitas, de posturas que buscan el calor o de querer contactos de cuerpo entero. Ahora pasamos a seducir. Igual aún una sabanita suave se apetece en ocasiones, pero somos mucho más "picantones" y las posturas en las relaciones también lo demuestran. Nos atrevemos, nos dejamos ver, e incluso las ropas que empezamos a utilizar dejan más muestra de ello.
En verano, especialmente en zonas cálidas, la práctica en sí puede ser muy difícil de llevar a cabo, según el momento. En lugares donde el calor aprieta incluso a altas horas de la noche, se hace necesario un buen aire acondicionado, eso o arriesgarte a una deshidratación. Es un sexo más húmedo, y no por los flujos genitales precisamente, sino más bien por las gotas de sudor que acaban perlando los cuerpos. Es curioso que suele ser esta una descripción apta de un libro erótico, aunque no es muy del agrado de los implicados, según en qué ocasiones. Además, se buscan posturas que requieran poco contacto de los cuerpos, esas que solo la pelvis es necesario que se una y cuando se termina, se suprime el abrazo, y no es para menos.
En otoño, la estación que vamos a pisar en breve, no es para no tenerla en cuenta. Pasamos de evitar el contacto a querer que se dé, no mucho, pero vamos aumentando el contacto. Las lluvias, en las zonas en las que se dé, propician un ambiente de lo más romántico, y el sexo viene acompañado del destape óptimo del verano y el taparse a lo ligero de la primavera. En fin, que se puede crear una buena mezcla y no solo vale contar las hojas de los árboles que se caen al suelo, sino también cuántas veces podemos hacerlo. El otoño permite intensidad y variedad, es la época del año, junto a la primavera, en la que mejores posturas y relaciones se pueden mantener. Al menos, creo que es así...
No sé que pensará el lector, si me acompaña en los cambios estacionales o no, pero me he dado cuenta que en determinados momentos hecho de menos contactos, posturas o seducciones que solo se dan en estaciones concretas, lo bueno, es que estas se den y podamos disfrutar del sexo en cada una de ellas.
Comentarios
Publicar un comentario