Fingir orgasmos: ¿dónde está el problema?

Cuando se trata de fingir un orgasmo está claro que hablamos de mujeres. Espero que sea bien sabido que la mayoría de mujeres necesitan más estimulación que los hombres para llegar al clímax, y que ello, a veces, es difícil. Pero yo me pregunto ¿es realmente el problema de tu pareja que no sabe darte el placer o es que tú no sabes pedírselo?

Cuando de relaciones sexuales se trata las mujeres (cada vez menos por suerte) nos cohibimos un poco más. Nos cuesta pedir o hacer, y muchas veces acabamos haciendo cosas por nuestras parejas sin ser capaces de "exigirles" un mismo trato. 

Habría que estudiar diversos casos: aquellas mujeres que no han llegado a conocerse a sí mismas, todavía las hay; aquellas que sabiéndolo, lo guardan como un secreto y su vida sexual en pareja acaba pasando factura en la relación; otras que no saben todavía hasta qué punto puede llegar el placer y se hacen a la idea de que el sexo es más complicado de lo que le han contado.  

En muchos casos culpamos a los hombres de que no saben darnos el placer que merecemos, y no nos falta razón, pero ¿podemos mejorar eso? La respuesta es sí, y no precisamente en la práctica, hay una manera mucho más sencilla: hablando. 

Contarle a tu pareja qué te gusta y qué no te gusta puede darle una pista de lo que puede hacer o no, o de cómo puede hacerlo o no. Si eres una mujer clitoriana, no esperes que tu compañero/a de cama te toque para darte placer, lleva tú su mano o utiliza la tuya si la postura no permite otra cosa (muchas veces tocarte tu misma excita sobre manera a tu pareja). Decirle a tu pareja que prefieres sexo oral es tan lícito y natural como decirle que los macarrones te gustan con tomate. Y a veces somos incapaces de hacerlo, lo que nos lleva a fingir. Pregúntate: ¿pondrías estar comiendo toda mi vida los macarrones sin tomate cuando me encantan con salsa? Seguramente no aguantarías, ¿por qué aguantar en la cama?

El 25 % de las mujeres fingen un orgasmo de forma habitual, lo que parece poco, pero es mucho. Y es más si tenemos en cuenta que acaba afectando la parte emocional de la relación. 

No podemos olvidarnos que los hombres no nacen sabiendo, que las diferencias fisiológicas, de excitación e incluso educativas, son cuestiones demasiado pesadas en los momentos de cama. No es lo mismo una chica educada sexualmente y capaz de buscar su placer, que otra que por vergüenza no se toque a sí misma, como lo hace a solas, cuando está con su pareja. 

Y señores, os dedico un conocimiento nuevo. Por mucha capacidad vaginal que se tenga y fortaleza en el suelo pélvico, los impulsos que las paredes musculares de la pelvis padecen en el orgasmos son tan rápidas que ninguna mujer puede fingirlas, por lo que estad atentos porque a más placer de tu pareja, más placer para ti. 

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